Nunca me abandones.

Hablamos de una cinta que te deja al final con el estómago vacío. Así de simple. Tuve el error de menospreciarla y me retracto, que aunque tiene un ritmo parsimonioso su encanto está en el drama interno que rodean a los personajes principales. Carey Mulligan siempre cumplidora, destaca por ser el ápice de un triángulo amoroso. Keira Knightley aprovecha que no es la protagonista del film para lucir en un personaje secundario completamente diferente a todos los personajes que se le han visto, como una chica envidiosa y manipuladora mueve los hilos de este drama; Y entre las dos, Andrew Garfield se mueve con un personaje más tímido y tal vez por eso, opacado ante las dos actrices.

Mark Romanek muestra un drama en el que los personajes no tienen salidas a sus predicamentos, son personajes que fueron creados y que tienen un destino marcado, pero que dentro de ese camino a seguir ellos viven con los dilemas de aceptarse como lo que son, y vivir desarrollando sentimientos. Una fábula distópica en la que se nos narra un pasado alternativo en el que las fronteras de la ciencia no están delimitadas por la ética, sino por la matemática del bien mayor. Si bien básicamente es un drama romántico, un triángulo amoroso que sirve de excusa para hablar sobre la importancia de amar y el tiempo que se nos concede para hacerlo, su fin no es otro que el exponer la auténtica naturaleza de unas criaturas que son tan humanas como cualquier persona “normal”; de la nula diferencia que puede haber entre aquello “artificial” cultivado con un único propósito y nosotros mismos, hombres y mujeres que regimos y decidimos sobre nuestras propias vidas.

Es “Never Let Me Go” una obra que se cocina a fuego lento, concediendo valor a los silencios y a la capacidad de observación. Su sensacional fotografía y una melancólica banda sonora contribuyen a crear una ambientación casi de cuento de hadas. Y como en todas estas historias, nada es lo que parece

* * * 1/2 / 5

Los Agentes del Destino

Matt Damon (Más allá de la vida , El mito de Bourne ) y Emily Blunt (El diablo viste a la moda, La reina Victoria) estelarizan la ópera prima del escritor George Nolfi quien ha escrito cintas como “Ocean’s Twelve” y “El ultimátum de Bourne”.  Ahora Nolfi se pone por primera vez ante las cámaras y con su amigo Damon, realizan una película de ciencia ficción que viene a cuestionar, un término muy socorrido, cambiar el destino.  A nivel técnico está bien realizada. Su fotografía está especialmente bien cuidada y tiene una banda sonora muy adecuada. Los actores hacen un buen trabajo, Damon y Blunt están correctos y aunque los secundarios tienen unos roles muy claros y lineales, sus intervenciones en algunos de los casos son poderosas. La dirección por lo tanto es aceptable.

Para comenzar hablaré del argumento, David Norris (Matt Damon), un carismático congresista americano destinado a triunfar dentro de la política nacional, conoce a una guapa bailarina de ballet llamada Elise Sellas (Emily Blunt), que alterará completamente su vida. Sin embargo, cuando empieza a sospechar que ciertas fuerzas sobrenaturales intentan separarlos, tratará de descubrir las causas.

Las novelas de Philip K. Dick han dado mucho juego al cine, en algunos casos con excelentes adaptaciones, aunque hay que destacar que las que lo son, casi siempre funcionaron por la pericia de sus directores. La magia de esta cinta está en las cuestiones tales como sí somos quienes creemos ser o hasta qué punto controlamos nuestras decisiones, siempre en clave de thriller de suspense o sicológico de ciencia ficción. La combinación de ambas tramas en principio funciona bien, siempre y cuando el espectador sepa mantener su mente abierta a un relato de tal índole y no sea demasiado exigente desde un punto de vista científico o racional, la clave está en dejarse llevar por lo bonito de la historia de amor entre los dos protagonistas y por lo asombroso de la realidad alternativa al mundo que conocemos que se nos plantea.

Con el punto comercial, “Los agentes del destino” se convierte en una obra que seguramente atraerá a cantidad de público a las grandes salas de cine, su reparto y su hilo argumental la hacen apetecible y seguro que cumplirá con la premisa de gustar en general, aunque su tinte amoroso a muchos les cause insatisfacción. Pero hará que las mentes más inquietas extrapolen la esencia del guión a su propia vida.

Sin embargo, a la hora de ponerme técnico creo que la cinta funciona únicamente como una película romántica ya que la ciencia de la ficción queda colgando y al final, un resultado muy condescendiente no es tan climático como la película exige. A mí me dejó un gusto agradable en el estómago sin quererle buscar la exigencia que uno les pide a las cintas de ciencia ficción y muy linda para un romance común y corriente.

*** de 5

Identidad Sustituta

Identidad Sustituta, Surrogates, Jonathan Mostow, 2009

Identidad Sustituta, Surrogates, Jonathan Mostow, 2009

¿De qué trata?: Ambientada en un mundo futurista donde los humanos viven aislados en interacción con robots, un policía (Bruce Willis) se verá forzado a abandonar su hogar por primera vez en años para una investigación. Todo comienza cuando dos agentes del FBI (Willis y Radha Mitchell) son asignados para investigar el misterioso asesinato de un estudiante universitario relacionado con el hombre que participó en la creación del fenómeno high-tech de los sustitutos, que permiten a la gente comprar versiones perfectas de sí mismos -en buena forma, guapos, y controlados por control remoto-. Estas máquinas perfectas acaban asumiendo sus roles vitales, de modo que la gente puede experimentar la vida a través de otro cómodamente sentados en el sofá de su casa. El asesinato pone de manifiesto una cuestión: en un mundo de máscaras ¿quién es real y en quién se puede confiar?

Se ha comentado en múltiples ocasiones en referencia a este género que aquellas obras que, presentando una paradoja o una anomalía física o biológica (ciencia), situada en un lugar y un tiempo determinado para narrar una historia en función de unos personajes (ficción), alcancen la reflexión, generalmente sobre la condición humana (filosofía).La tendencia pesimista (con cierre optimista, claro) del cine de este milenio referente al ser humano, no escapa a Identidad Sustituta, que si bien no muestra el Apocalipsis de nuestra especie como especie viva, sí lo hace como especie humana: la máquina vence al hombre, porque el hombre quiere ser máquina.

 El apoyo que ofrecen unos buenos efectos especiales al argumento científico (que resulta convincente cuanto mayor sea el equilibrio entre la imaginación y la verosimilitud), no es suficiente para salvar los papeles a esta producción, que no consigue que sus buenos detalles sean algo más que meras anécdotas en el guión.Toda la perfección humana ¿Qué es lo que puede salir mal? El gancho de ficción viene gracias a un Willis ensangrentado y atormentado que tiene que salvar la vida a un numeroso grupo de seres humanos, no sólo a unos cuantos si no a toda la raza humana. El umbral, o mejor dicho, el hueco que se forma entre nuestro conocimiento limitado y los hechos que acontecen ante nuestros ojos, abre las puertas a la divagación, la exposición de teorías, la formulación de incógnitas. Es la parte más jugosa para el guionista y el escritor. Por desgracia, Jonathan Mostow reduce este jugo a unas lágrimas en un par de personajes y unas cuantas críticas sin dirección a la sociedad de plástico y videojuego. Ni siquiera consigue conmover en su oda a la belleza de la imperfección.

Así que al final la película es una paradoja en sí misma: una crítica a la falta de inquietudes del ser humano, a la mecanización de la sociedad, a la imagen como referente social, realizada con un cine estético, robotizado y mecánico como el que más, al que le faltan todas esas inquietudes que nos parece recriminar.
Al grano: Intento reflexivo que queda en mero entretenimiento palomero.
* * * / 5

Te amaré por siempre

Te amaré por siempre, The Time Travelers Wife, Robert Schwentke, 2009

Te amaré por siempre, The Time Traveler's Wife, Robert Schwentke, 2009

¿De qué trata?: Un drama romántico acerca de un librero de Chicago (Eric Bana) con un gen que le causa involuntarios viajes en el tiempo, con las complicaciones que ello le causa en su matrimonio.

Rachel McAdams y Eric Bana lucen una agradable química.

Rachel McAdams y Eric Bana lucen una agradable química.

Esta película es agridulce. Pareciera más cercana y real a todos nosotros, de lo que el título y la temática podrían dar a entender. Más en la línea de “Pide al tiempo que vuelva” que en la clásica temática de viajes en el tiempo, resulta para los que gustamos del genero, en la antitesis de “El efecto mariposa”. En este sentido, el mensaje primordial de la cinta es el disfrutar el aquí y el ahora. Y además, una dulce fantasía sobre el transitar las etapas del duelo a una dulce aceptación. Finalmente propone una elegante solución al problema de la paradoja del tiempo, que se ha esgrimido como una incongruencia en la mayor parte de estas cintas.

Adaptada de la novela La esposa del viejero del tiempo de Audrey Niffenegger

Adaptada de la novela "La esposa del viejero del tiempo" de Audrey Niffenegger

Así en frío, la idea me parecía algo rara y rebuscada como para interesarme más, pero cuando vas viendo la película y te metes en la historia, entras en el juego y te la crees y haces normal todo lo que va pasando, como si tuviese sentido y todo. Es una película muy romántica, con moraleja («vive el momento»), con bellos y correctos protagonistas y una producción muy cuidada.

Sin embargo, quedan huecos en la explicación del gen y hay algunas escenas un tanto forzadas para su entendimiento.
Al grano: Singular historia de amor que te deja un sabor de boca muy grato a pesar de sus pequeños defectillos inherentes al género.
* * * 1/2 /5

Todo es cuestión de amar… (para el tiempo pesimista y apocalíptico)

Todo es cuestión de amar, Its all about love, Thomas Vinterberg, 2003

Todo es cuestión de amar, It's all about love, Thomas Vinterberg, 2003

¿De qué trata?: John(Joaquin Phoenix) y su mujer Elena(Claire Danes), una mundialmente famosa patinadora sobre hielo, están a punto de firmar los papeles del divorcio, pero cuando el mundo está a punto de sufrir un colapso cósmico, ambos se dan cuenta de que quizá merece la pena luchar por su amor.

¿Qué es del mundo sin amor?, ¿un gélido cúmulo de acciones? Acciones que nos hacen responder a todo sólo por cumplir cierta cotidianeidad ¿Por no tener amor, el mundo merece morir congelado? O finalmente ¿Es posible encontrar amor en un mundo gélido como este? Son algunos cuestionamientos que esta película tratra de explotar pero que al final se pierden en un guión mal construido que lleva algo excelso al declive total.

«Todo es cuestión de amar» pretende ser una historia de amor truculenta con un trasfondo de ciencia ficción sobre un mundo apocalíptico. Viniendo de la escuela de directores daneses, Thomas Vinterberg ha destacado en la elección de historias con bastante dureza sobre las relaciones humanas – No por nada FESTEN tuvo tan buen recibimiento en teatro -. Sin embargo esta película se tropieza en la primera media hora y cae estrepitosamente en picada.

En un principio bien intencionada y filosófica nos va conduciendo a una historia de ficción que se aleja de todos los parámetros que antes Vinterberg y Lars von Trier habían estípulado en el movimiento Dogma 95. Se aleja del uso de la luminocidad natural, del sonido directo ni de la veracidad de los actores. Que, punto y aparte, Joaquin Phoenix y Claire Danes tratan ferozmente de cumplir con esta instalación mientras que por primera vez, se ve a un Sean Penn deslucido y gris.

La gente muere súbitamente por falta de amor....

La gente muere súbitamente por falta de amor....

A pesar de que se aleja del cine DOGMA; como cine comercial podemos decir que el montaje está bien hecho, al igual que la iluminación, o los efectos especiales, sin ebargo los fallos recaen en el guión. A penas conocemos a los personajes, John, con sus flashbacks, pretende soñar con la liberación de las catástrofes que se están sucediendo, pero no queda claro, cómo encajar esos pensamientos dentro del filme. El papel de Claire Danes parece ser el más definido, a pesar de que su propia historia, con sus clones y traiciones, queda un poco inacabada en el argumento. Y el personaje de Sean Penn, la voz filosófica y al mismo tiempo, sensata y romántica de la película, está poco aprovechado, puesto que el gran talento del actor, no se explota con sus pocas apariciones, y tampoco acaba de encajar los mensajes que le deja al hermano.

El mejor conflicto es la relación entre los personajes

El mejor conflicto es la relación entre los personajes

El único verdadero sosten de la película es el romance por que de ahi en fuera el conflicto de las inexplicables muertes súbitas en las personas está muy mal aprovechado. Y vaya el conflicto cósmico, ni se diga. Hay escenas líricas bastante  buenas; el problema es el ritmo que decae por momentos y hace perder el interés sobre las dos historias de ciencia-ficción y thriller a pesar de su consistencia.

El gran fallo de Todo es cuestión de amar, es que el guión no se centra en contarnos algo en concreto, sino que intenta ser una película de ciencia ficción, un thriller y una típica historia de amor con un fatal final.

Al grano: Bien intencionado drama de pareja ubicado en la ciencia ficción y el thriller que decaé estrepitosamente a la incoherencia total.

* * / 5

Eternal sunshine of the spotless mind

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, Eternal sunshine of the spotless mind, Michel Gondry, 2004
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, Eternal sunshine of the spotless mind, Michel Gondry, 2004

¿De qué trata?: Joel (Jim Carrey) se queda asombrado y aturdido cuando se entera de que su novia Clementine (Kate Winslet) ha borrado de su cerebro los recuerdos de su tumultuosa relación. Desesperado, Joel contacta con el inventor del proceso, el Dr. Howard Mierzwiak (Tom Wilkinson) para eliminar cualquier recuerdo de Clementine de su propia memoria. Pero sucede que, mientras los recuerdos progresivamente desaparecen, Joel comienza a redescubrir su pasión inicial.

Una película real como a vida y sin embargo de ciencia ficción. Una película divertida, trágica, romántica, dolorosa hasta el infinito. Los pequeños detalles te ayudan a comprender la situación temporal de las escenas en el contexto del film, escenas perfectas que pasan de un escenario a otro con luces apagándose por un pasillo, con puertas que dan a donde no deberían.

Gran química entre Jim Carrey y Kate Winslett

Gran química entre Jim Carrey y Kate Winslett

«Eterno resplandor…» utiliza una técnica narrativa que para mí evoca y rinde homenaje a películas como «Mulholland Drive» de David Lynch, pues no despliega la trama de manera lineal y, además, rompe con las tramas habituales que se limitan a mostrar a los personajes desde un ángulo externo. En esta película la realidad, los recuerdos, los deseos, los impulsos que salen desde lo más visceral, todo el inabarcable universo caleidoscópico del subconsciente se mezclan, de manera que la historia que presenciamos, si pudiéramos compararla con algo, sería tal vez con las pinturas cubistas como las de Picasso o con cualquier obra que presente un contenido, sin seguir las reglas de la razón ni de la objetividad, ni de un orden preestablecido.

Viaje por los confines de la mente

Viaje por los confines de la mente

Si bien la historia comienza de forma lineal, mostrando unos sucesos reales tal como suceden, pronto se da marcha atrás en la trama y, entrando en un prolongado flashback que dura casi hasta el final, nos introducimos en el mundo subconsciente de Joel, el cual arrastra en su pasado reciente una intensa historia de amor con Clementine, una relación tan viva, tan llena de matices, altibajos, momentos felices y momentos vacíos, como podría serlo cualquier relación.

La película propone una original alternativa: imagina que se inventara una máquina que fuese capaz de eliminar los recuerdos que una persona no quiere conservar y que necesita expulsar definitivamente de su mente para olvidar algo o a alguien y así empezar de nuevo, sin remembranzas de eso que resultó tan doloroso. Pues bien, en «Eterno resplandor..» se ha inventado esa máquina, que rastrea los recuerdos que el paciente desea borrar.

¿Huirías de tus recuerdos?

¿Huirías de tus recuerdos?

En un principio, el invento parece brillante, otorgando a la gente la posibilidad de deshacerse de sus memorias desagradables. Pero muy pronto se advierte que los mecanismos del cerebro humano son tan infinitamente complejos que es imposible controlarlos y abarcarlos. El poder del subconsciente, la inmensa profundidad de los sentimientos, así como el hecho de que en la mente humana no es posible separar la felicidad de la tristeza, lo bello de lo amargo, lo luminoso de las tinieblas. Los sentimientos no se pueden catalogar, no se pueden dividir en compartimientos inócuos. Entonces, ¿cómo puede una máquina borrar unas memorias, unas sensaciones, tantas cosas vividas que son imposibles de cercenar, de apartar? Como si se tratara de la memoria de una compútadora,  la máquina destruye todo lo que se ha vuelto «indeseable». Y cuando alguien se somete al proceso, no hay marcha atrás. Pero cabe la posibilidad de arrepentirse, porque no somos computadoras y las personas no se pueden borrar de la noche a la mañana.

Im fine without you

I'm fine without you

You can erase someone from your mind. Getting them out of your heart is another story… (ETERNAL SUNSHINE OF THE SPOTLESS MIND, 2004)

Al grano: Gran película romántica que está dentro de los primeros lugares de las más grandes historias del cine. Un clásico dentro de la narrativa cinematográfica contemporánea.

* * * * * / 5