Enloqueciendo por “Black Swan” (El Cisne Negro)

black_swan-2Black_Swan_01  ¿Se puede dividir el alma humana? ¿Se logra ser lo inocente y lo astuto al mismo tiempo? ¿Se es capaz de ser el cisne blanco y negro? ¿De alcanzar la perfección sin importar perder la cordura y el alma? En vista de las críticas es necesario volver al origen de la obra. ¿No es acaso pretendidamente el ridículo el ballet y capaz de emocionar? ¿No tanteaba muchas veces Hitchcock con lo burlesco para sugerirnos que el suspense se sustenta en lo inexplicable y lo imprevisible? De eso va más o menos la nueva joyita que nos acaba de regalar Darren Aronofsky.

Aronofsky sigue madurando como realizador y guionista. Y "Black Swan" es la prueba más evidente de que es uno de los narradores más interesantes, e importantes, del cine norteamericano actual. Es capaz de levantar una película con un argumento casi anecdótico (una joven bailarina que aspira a ser la protagonista de ‘El lago de los cisnes’) y transformarla en un orgasmo cinematográfico que se alarga durante más de cien minutos de puro gozo. Nos mete en la cabeza de su protagonista (una superlativa Natalie Portman, en su mejor papel hasta la fecha) acariciando a su personaje con movimientos de cámara que varían en base a su estado de ánimo: más bruscos cuando se palpa en nerviosismo, planos fijos cuando hay calma. La cámara en mano funciona a las mil maravillas en las coreografías de ballet, rodadas en su mayoría en una sola toma, excepto en la representación final.

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Es cierto que tal como nos muestra la película la perfección no sólo es control sino muchas veces liberación y desinhibición. No entiendo, por lo tanto, por qué se critican los excesos en la recta final a Aronofsky cuando simplemente se limita a predicar con su ejemplo. ¿Fingir o dejarse llevar? Está claro que el director de “Réquiem por un sueño” quiere poner un excelso de excesos digitales justificados por el propio guión, que convierten al propio espectador en víctima de la paranoia y alucinaciones de la protagonista. Algunos criticarán otros, donde me incluyo, dirán que se trata de mera y genial consecuencia, de un cine al límite de todas las posibilidades.

Si bien es de ley mecionar que Natalie Portman deja la piel, tampoco puede negarse que los secundarios no son menos: Mila Kunis enamora a cámara, Vincent Cassel está genial, Barbara Hershey y Winona Ryder, con sus escasos minutos en pantalla, también demuestran sus tablas. La banda sonora de Clint Mansell es exquisita, así como el sobresaliente trabajo del sonido, que hace que las escenas funcionen casi a modo de coreografías completas, como set-pieces rítmicas. La fotografía de Matthew Libatique ayuda a crear una ambientación malsana, opresiva, algo que no se veía en una pantalla grande desde el Lynch de "Mulholland Drive" (2001).

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De acuerdo, nos conocemos la historia, sabemos todo aquello que nos va a mostrar y el poder, sobre sorpresas en el libreto, aparentemente es mínimo… Entonces, ¿qué ha visto una gran mayoría de espectadores que hemos quedados prendados por “El cisne negro”? una película sencilla basada en el cromático vestuario, juegos malabares con efectos de sonido y acrobáticos espejos Darren Aronofsky parece recrear la perdida en sí misma de la protagonista. Ser perfecta no se trata de control sino dejarlo de lado.

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Madre e Hija (Rodrigo García, 2010)

madre-e-hija-300x350 Con una amplia experiencia en historias no lineales el director Rodrigo García (Hijo del escritor Gabriel García Márquez) regresa a la cartelera con un drama familiar hecho para mover las fibras internas sobre varias historias sobre la maternidad. “Madre e Hija” es un drama centrado en tres mujeres: una mujer de unos cincuenta años (Annette Bening), la hija (Naomi Watts) que dio en adopción 35 años atrás, y una mujer afroamericana (Kerry Washington) que quiere adoptar un niño.

Esta es la historia de tres mujeres y sus principales relaciones amorosas: con sus hombres, con sus hijas y con sus propias madres. Ante la insistencia de su madre, Karen abandonó a la niña que tuvo con 14 años. Ahora, 36 años después, mientras sigue lamentando la pérdida de su hija, parece encontrar a un hombre que está dispuesto a darle una familia y aportar un poco de alegría a su vida. Elizabeth es aquella niña, que ahora lucha con sus propios problemas de familia, sexualidad y poder. Ella también tiene la capacidad de amar, pero será necesario que pase algo inesperado para que aprenda a adorar a otra persona. Lucy cree estar preparada para ser madre. Su propia madre será fundamental mientras Lucy aprende a cuidar a la hija que siempre ha querido tener. La cinta trata de las elecciones que hacemos, las oportunidades que perdemos y el poder del lazo irrompible entre madre e hijo.

2010_mother_and_child_002 La clave de la película es cómo evoluciona cada uno de estos tres personajes y cómo se relaciona con la gente que vive a su alrededor. Sin edulcorantes, vamos entrando en un círculo social donde se van estrechando lazos, se distancian personas, se aprende a amar. Se tratan temas muy importantes y se hace bien, desde el respeto, todo ello potenciado por las brillantes interpretaciones de las tres "protagonistas", que bien podrían a optar a un Oscar cada una y comerse a sus demás rivales. Bening está muy bien, pero Washington deja con la boca abierta, al igual que la bellísima Watts, que tiene un personaje brutal.

mother-and-child-movie-revi_150610032940 La dirección, sencilla, sin alardes, encuentra en esta sobriedad la clave. "Madre e Hija" es además un film duro, que no da respiro hasta su tramo final que, por el tono anterior de la obra, si que puede antojarse algo blandito y quizá edulcorado. Pese a todo, es una obra estimable, muy superior a gran parte de la cosecha americana del presente año y que, a pesar de no ser un drama grandilocuente, encuentra en su sinceridad ese "algo" que encumbra una obra pequeña al podio de las grandes películas. Desde ya, una obra a reivindicar.

***1/2 de 5

“Todo sobre mi madre” en Puebla.

todoSobre-portada“Todo sobre mi madre” es una de las historias cumbre de Pedro Almodóvar, el ingenio con el que trenza esta historia le ha valido el reconocimiento internacional tanto del público como de la crítica y es por eso que el director Francisco Franco optó por trabajar esta cinta y con ayuda de Samuel Adamson lleva a la escena esta cinta. Una madre soltera ve cómo su joven hijo muere el día de su decimoséptimo cumpleaños mientras corre para conseguir el autógrafo de su actriz favorita. Decide entonces viajar a Barcelona en busca de su padre, un travestido llamado Lola, que desconocía tener un hijo. Primero encuentra a su amigo Agrado, otro travesti, y a través de él conoce a Rosa, una monja que quiere trabajar en El Salvador, y por casualidad termina convirtiéndose en la asistente de Huma Rojo, la actriz que admiraba su hijo.

Carlos Alberto Ruiz A lo largo de mi vida me he decepcionado mucho al ver alguna película basada en un libro u obra de teatro que me gusta. Es muy común que al pasar de un lenguaje a otro se pierdan muchos elementos fundamentales para la historia. A pesar de captar los esencial de la cinta de Almodóvar (La historia es fiel, los monólogos de la Agrado en escena son geniales) el montaje no consigue emocionar al público por diversas cuestiones. En primer lugar la cuestión actoral es un tanto difusa, Lisa Owen (Manuela) es quien se mantiene a flote. Alejandra Vogue (Agrado) realiza un trabajo eficaz pero es por el personaje y no por ella misma. Margarita Gralia está sobreactuada, salvo en algunos momentos que logra dominar a Huma, lo que vemos en escena es una diva haciendo de diva. Ilse Salas y Alejandra Ambrosi están completamente perdidas en escena, no tienen fuerza y sus personajes están desdibujados. Con estos elementos, la obra se vuelve inconstante y floja.

Cuenta con elementos visuales interesantes, sin embargo, el ritmo de la obra se cae. Lo interesante de este montaje ha sido el universo teatral dentro del montaje, el mundo en el que Almodóvar fanatiza esa gran Blanche DuBois de “Un tranvía llamado deseo” y también claras referencias de “La Malvada” son piezas clave en este trabajo.

2712646_0 México es el primer país donde se ha montado este ejercicio teatral y se dice que el mismo Almodóvar pidió que este trabajo fuera el mismo para España y otros países de Latinoamérica, además en Broadway se está trabajando un musical basado en “Mujeres al borde de un ataque de nervios”. Almodóvar ha sido quien ha catapultado a la fama a Penéloe Cruz, Antonio Banderas y al mismo Javier Bardem.

** de 5

Las Buenas Hierbas, entrevista a María Novaro y Úrsula Pruneda

Las buenas hierbas, 2009. Dir. María Novaro

c7_hierbas2 La Universidad de las Américas, Puebla bajo el sello del Cineclub de las Américas invitó a la directora María Novaro a presentar en la ciudad de Puebla su más reciente película llamada “Las Buenas Hierbas”, acompañada de la actriz Úrsula Pruneda. La rueda de prensa organizada por la institución sirvió de contacto con la directora quien habló de la experiencia de realizar una cinta con muchos emblemas y símbolos. Una película con muchísimas texturas y mucha viveza de color.

Las Buenas Hierbas” es una película que habla sobre la vida, el tiempo y la memoria. A través de Dalia somos testigos de cómo enfrentar una cruel enfermedad, el Alzheimer. Novaro hila una historia donde nos simboliza la importancia de vivir y la relación que generamos con las plantas. En esta cinta, la herbolaria adquiere un valor protagónico al ser la clave que une al hombre con una filosofía de vida ancestral, con una perspectiva hacia el principio más básico, somos todos, un elemento más en la naturaleza, las plantas no son adorno si no también son nuestros acompañantes y sus propiedades naturales son de suma vitalidad para todos.

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Una cinta bastante naturalista, “Las buenas hierbas” es un ejemplo claro de la actual cinematografía nacional; Novaro escribe una historia que los actores van encarnado de una manera autónoma, el actor no es una marioneta dentro de la función de la dirección, sino se vuelve una pieza en el engranaje. “No adquiere un valor más importante, todo es un trabajo en equipo” comentó Pruneda en este evento. Sin embargo, es la imagen que adquiere un simbolismo especial, es interesante la relación que existe entre la estética, la música y la fotografía, pues da la película una tonalidad rica en texturas y matices.

Esta es la cinta más personal que María Novaro ha realizado. Sus anteriores trabajos “Lola” (1989), “Danzón” (1991), “El jardín del Edén” (1994) y “Sin dejar Huella” (2000) han recorrido diversos festivales, y esta cinta, no es la excepción. En el Festival Internacional de cine de Guadalajara le significó 8 premios a la cinta, incluyendo el premio a la mejor actriz Úrsula Pruneda.

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A mi gusto personal es una cinta bastante fresca que se agradece entre tanta cinta nacionalista es una historia que viene a plantear un dilema de vida bastante complejo, y que con un buen manejo de dirección, Novaro regresa a la cinematografía nacional con una buena cinta. Además, la cinta goza de la mejor actuación en los últimos trabajos que le he visto a Ofelia Medina y un gran personaje de reparto interpretado por Ana Ofelia Murguía.

En esta visita Novaro aprovechó para darle una plática a los alumnos de Ciencias de la Comunicación de la UDLAP sobre las diferentes etapas en las que ella desarrolla un guión. Por lo que esta visita no sólo es para traer su arte a la capital Poblana sino para también acceder a un ambiente universitario para ofrecernos su experiencia en la cinematografía.

Esto fue lo que María Novaro comentó en esta plática:

2050_1231novaro_pruneda_plati0003 Una de las directoras que han explorado la feminidad y su relación con la otredad es María Novaro que con películas como “Danzón” (1991) y “Las Buenas Hierbas” (2010) han definido un estilo narrativo bastante natural al ejercer un estudio sensorial sobre las relaciones humanas. En este caso, alumnos de la Universidad de las Américas, Puebla del curso de guionismo asistimos a una plática donde la directora nos brindó algunas técnicas propias para poder escribir historias apasionantes donde el principal elemento es tener una mirada abierta a lo que sucede en nuestro alrededor. Hay que estar alertas con las conexiones que ofrece la vida.

            Para Novaro es necesario tener un espectro abierto, observar todas las texturas y sensaciones que nos afectan como seres humanos. Una historia es más que una problemática es comprender todo el conjunto de relaciones y redes que se van tejiendo son producto de cuasalidades y casualidades. La magia del cine está en poder capturar estas redes a base de descubrir las miradas, las miradas que con una expresión tienen la fuerza de narrar, de contar una sensación, de dar vida a un hecho. “El cine es un juego de miradas y el director es un orquestador de estos juegos, el espectador de sienta en la butaca para ver la vida del otro…” comentó Novaro.2050_1231novaro_pruneda_plati0012

             Dentro del proceso con el que Novaro trabaja está el pasar por tres fases en la construcción del guión. En la primera fase, la escrita, se da el paso de crear la historia a grandes rasgos, sustentarla; ir navegando y analizar a dónde se espera uno como creador llegar. En la segunda fase viene un proceso donde todo el equipo de trabajo de la cinta aporta ideas, los actores no adquieren un peso protagónico si no que tienen claro que son la imagen externa, pero que sin su trabajo el cine no tendría magia. Aquí los creativos que conformar la dirección de arte y la fotografía cambian aspectos en el guión y realizan otros que brindan más texturas o ejes que no estaban previstos en el guión principal pero que dan aporte de ideas. En la tercera parte, se da una edición, donde insertar imágenes que se ha grabado, elementos que se obtuvieron, etcétera.

            En todos los procesos hay que tener en claro que para poder hacer arte es necesario utilizar la intuición como clave, escucharse así mismo y así poder discernir entre diversos elementos. Además se debe de realizar historias que no juzguen sino que pongan dilemas sobre la mesa. Se debe de tener consciencia de que hacer cine es trabajar en equipo y nadie es más importante. Todos aportan magia al concepto. En esta nueva era digital Novaro afirma que esto es un avance importante para la cinematografía mexicana pues además de que abarata los costos, también brinda elementos nuevos, cercanía y flexibilidad de creación.

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Mi vida sin mi…

Mi vida sin mi, Isabel Coixet, 2003

Mi vida sin mi, Isabel Coixet, 2003

¿De qué trata?:  Ann(Sarah Polley) tiene 23 años, dos hijas, un marido que pasa más tiempo en paro que trabajando, una madre que odia al mundo, un padre que lleva 10 años en la cárcel, un trabajo como limpiadora nocturna en una universidad a la que nunca podrá asistir durante el día… Vive en una caravana en el jardín de su madre, a las afueras de Vancouver. Esta existencia gris cambia completamente tras un reconocimiento médico. Desde ese día, paradójicamente, Ann descubre el placer de vivir, guiada por un impulso vital: completar una lista de «cosas por hacer antes de morir».

Sarah Polley sorprende en esta película...

Sarah Polley sorprende en esta película...

Presenciamos el veloz declive progresivo de una mujer de veintitrés años. Veintitrés. Como quien dice, poco más de dos décadas atrás era un nuevo pedacito palpitante que fue creciendo y en el que varias personas fueron vertiendo ilusiones y esperanzas. Dos décadas que se pasan en un suspiro, aprendiendo apenas los pasos para transitar por este mundo tan inexplicable y complicado. Y ese pedazo de vida joven pero que ha tenido que madurar deprisa, a su vez trae nuevos pedacitos de vida, y avanza junto a los pedazos que la rodean, formando ese círculo misterioso de corriente eléctrica invisible llamado amor.

Muy buena actuación de soporte por parte de Mark Ruffallo

Muy buena actuación de soporte por parte de Mark Ruffallo

Desgarrador, sencillo, entrañable, cercano y valeroso viaje de una madre, de una esposa, de una hija, de una amante y de una amiga que camina hacia su final con la mirada serena, con un propósito firme y un amor inmenso e infinito que anida en ese cuerpo que se apaga, en ese espíritu que resplandece. Tal vez la memoria de los demás es lo que, de alguna forma, nos mantiene vivos cuando ya nos hemos ido.

Isabel Coixet

Isabel Coixet

«Mi vida sin mí» es hermosísima, sincera, sobria, contenida, desgarradora y optimista. Las formas puede que sean algo irregulares pero el fondo es una genialidad. El mérito es hacerlo desde la sencillez, contar un dramón como la copa de un pino desde el optimismo, no debe ser nada fácil.
Hablar de algo tan desgarrador como la muerte con fecha anunciada y empapar toda la historia de calidez, ilusión y ternura es una proeza digna de mi admiración y mi aplauso. Esta es la mejor obra de Isabel Coixet sin duda.

Al grano: Bien intencionado drama que con finura te lleva a diversas sensaciones y te pone a valorar la muerte como un punto cercano para todos.

* * * * * / 5