Expiación… Atonement

Expiación, Deseo y Pecado (Atonement, 2007, Joe Wright)
Expiación, Deseo y Pecado (Atonement, 2007, Joe Wright)

¿De qué trata?: En el verano de 1935, Briony Tallis (Saoirse Ronan), una precoz escritora de 13 años, cambia irremediablemente el curso de varias vidas cuando acusa al amante (James McAvoy) de su hermana mayor (Keira Knightley) de haber cometido un crimen en el que no tuvo nada que ver.

Al igual que la aclamada novela de Ian McEwan, el filme se divide en tres actos. El primero de ellos es donde el conjunto rinde a su más alto nivel. La ambientación, la banda sonora, la cada vez más experta puesta en escena de Joe Wright y la fotografía cuidadosamente colorista nos sumergen de lleno en un universo, de sentimientos ocultos, donde la verdad puede convertirse en algo de lo más subjetivo. Desde el principio la pareja protagonista se compenetra a la perfección: entre Knightley y McAvoy saltan las chispas. La idea de que la acción esté marcada a ritmo de implacable máquina de escribir, a parte de ser de por sí una idea genial (por respetar la obra original), indica quién es el auténtico personaje central de la trama… quién va a forjar el destino de sus seres más queridos. Desde la ambigua situación en la fuente hasta la explosión erótica en la biblioteca, pasando por los momentos previos a la cena, absolutamente todo en el primer acto roza la perfección. Realmente huele a obra maestra.

La lástima es el segundo acto. Curiosamente no falla el aspecto cinematográfico, sino el novelístico. Me explico: Joe Wright y su equipo al completo llevan a cabo aquí también una gran labor. Los actores siguen a la altura, el acertado cambio de fotografía transmite la desolación de la guerra y de los amantes y hay alguna que otra escena para enmarcar, como la de la playa de Dunkerque, que demuestra el grado de implicación del director londinense con la obra: un larguísimo plano secuencia prodigioso a la par que aterrador. Como ya se ha dicho, lo que flojea es la base. Al igual que el personaje de Robbie y sus compañeros, la historia parece ir sin ningún rumbo (quizás se note demasiado el hecho de que Knightley y McAvoy compartan escasos momentos en este tramo). Si a ello le sumamos la exagerada duración del acto, es inevitable mirar el reloj de vez en cuando, lo cual es una lástima, porqué -repito- la factura técnica es impecable.

James McAvoy y Keira Knightley
James McAvoy y Keira Knightley

Por suerte allí está el tercer acto -o mejor dicho, el epílogo- para dejarnos con el buen sabor de boca que esta obra merece. Tiene lo que no tiene el segundo: brevedad e intensidad. En él se acaba de redondear la historia… y la expiación. Es donde al fin se conoce toda la desagradable verdad, pero aún así, lo más curioso es que al final permanece una leve sonrisa. No por el romance frustrado, sino porqué acabamos de asistir a una bellísima película.

Es increíble lo precisa que es la fotografía, y lo acertados que son los primeros planos.  Es una película que mejora cuando la terminas de asimilar. Realmente, Saoirse Ronan sobresale entre todos los demás. Incluso más que la propia Keira Knightley, que pasa a ser una mera excusa para desarrollar la historia, aunque hace una interpretación de las más brillantes de toda su carrera. Es una película indispensable, y su banda sonora es obligatoria para cualquier melómano.

Otros elementos que hay que destacar es la increíble dirección artísitica. Técnicamente es perfecta, está todo realizado con una dedicación extrema que roza la perfección, y además acompañado de una banda sonora que seguramente acabe alzándose con la preciada estatuilla, es magistral el juego que da la banda sonora con el sonido de la máquina de escribir y a la vez mostrar en la pantalla una iluminación en la cara del personaje de Briony al ritmo de las teclas, es increíble.

La película demuestra el gran talento de Joe Wright y todo su equipo, sobre todo el de fotografía y el de dirección artística. Y no me olvido del guión, escrito por Christopher Hampton, que ha conseguido reducir la novela a 130 páginas para contar lo realmente esencial de la historia. Tenían el papelón de adaptar una obra que muchos críticos consideran una obra maestra, y creo que consiguen salir bastante airosos.

Al grano: Impecable drama romántico, estupendamentemente bien elaborado que merecía haber tenido un poco más de atención. Vale muchísimo la pena que le den un vistazo.

* * * * /5

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